ARTÍCULO 1. Las Sagradas Escrituras. Creemos que las Sagradas Escrituras, los 66 libros de la Biblia, dados por el Espíritu Santo, fueron inspirados por Dios en forma Verbal y Plenaria, y constituyen la Palabra de Dios.
Creemos que la Palabra de Dios es revelación objetiva con propósito (1 Cor. 2:13; 1 Tes. 2:13). Creemos que la Palabra de Dios es inspirada verbalmente en cada palabra (2 Tim. 3:16), y sin error absolutamente en los documentos originales, infalible, y soplada por Dios. Enseñamos la interpretación de la Biblia de manera literal, gramática e histórica, ello según la doctrina dispensacionalista.
Enseñamos que la Biblia es la única regla infalible de fe y práctica (Mat. 5:18; 24:35; Juan 10:35; 16:12-13;17:17; 1 Cor. 2:13; 2 Tim. 3:15-17)
Creemos que el Espíritu Santo dirigió los autores humanos quienes escribieron la Biblia por medio de sus propios e individuales personalidades y estilos de escribir (2 Ped. 1:20-21) sin error en parte o en totalidad (Mateo 5:18; 2 Tim. 3:16).
ARTÍCULO 2. La Deidad. Creemos que hay un solo Dios verdadero existente en tres personas iguales: Padre, Hijo y Espíritu Santo (Mat. 3:16-17; Jn. 10:30; 2 Cor. 13:14).
ARTÍCULO 3. Dios Padre. Creemos que Dios el Padre, la primera persona de la Trinidad, ordena y dispone todo según sus propósitos y gracia (Salmos 145:8-9; 1 Cor. 13:14). Él es Creador de todo lo que existe (Gen 1:1-31; Ef. 3:9). Siendo el único gobernador absoluto y omnipotente en el universo, es soberano en la creación, providencia, y redención (Salmos 103:19; Rom. 11:36). Su paternidad involucra su designación dentro de la Trinidad y su relación con la humanidad. Siendo Creador es Padre de todo hombre (Ef. 4:6), pero únicamente es Padre espiritual de los creyentes (Rom. 8:14; 2 Cor. 6:18).
Dios el Padre ha decretado todo por su propia gloria (Ef. 1:11). En su soberanía ni es autor ni aprobador del pecado (Hab. 1:13). Por su gracia el ha escogido desde la eternidad pasada a los que serán salvos (Ef. 1:4-6). Él salva del pecado a todos los que vengan a Él; y llega a ser Padre, por medio de adopción, sus hijos suyos (Juan 1:12; Rom. 8:15; Gal. 4:5; Heb. 12:5-9).
ARTÍCULO 4. Jesucristo. Creemos que Jesucristo es la segunda persona de la Trinidad y posee todas las excelencias divinas, y es co-igual, co-esencial y co-eternal con el Padre (Juan 10:30; 14:9). Creemos que Dios el Padre creó los cielos y la tierra y todo lo que existe dentro de ellos por medio de Su Hijo, Jesucristo, por Quien todo continua a existir y operar (Juan 1:3; Col. 1:15-17; Heb. 1:2). Creemos que Jesucristo fue concebido por el Espíritu Santo, nacido de una virgen. En Jesucristo existen dos naturalezas: una 100% Dios y la otra 100% hombre. En Jesucristo, Quien es Dios eterno, se reveló a la humanidad perdida una vida inmaculada; en su muerte fue substituto por el pecador (2 Cor. 5:21); resucitó al tercer día de la tumba (1 Cor. 15:4) y ascendió corporalmente al cielo (Hechos 1:9) sentándose a la diestra de Su Padre (Ef. 1:20). Desde allí, Jesucristo intercede por los suyos (1 Jn. 2:1-2) como único camino a Dios y único mediador entre Dios y los hombres (Jn 14:6; 1 Tim 2:5; 1 Jn. 2:1-2); siendo así Jesucristo el único medio de salvación para el hombre (Hechos 4:12). El volverá inminentemente del cielo en las nubes para raptar a Su Iglesia antes de la tribulación (1 Tes. 4:13-18) y pasados los siete años de la tribulación (Dan. 9:25-27) vendrá pisando tierra para reinar mil años sobre el trono de David (Apoc. 20:6), no sin antes haber librado una guerra contra Satanás y sus seguidores llamada la batalla de Armagedón (Apoc. 16:16).
ARTÍCULO 5. El Espíritu Santo. Creemos que el Espíritu Santo es la tercera Persona de la Trinidad (Mat 28:19) igual al Padre y al Hijo; que cada una de las personas de la Trinidad cumple a cabalidad todos y cada uno de los atributos de Dios.
Creemos que todo creyente es llamado (Ro. 8:28), predestinado (Ef. 1:4-5), lavado, renovado y regenerado (Tit. 3:5), bautizado (1 Cor. 12:13), y sellado (Ef. 1:13; 4:30) por el Espíritu Santo de la promesa, y que Él mora en el creyente (1 Cor. 6:19).
Rechazamos enérgicamente el bautismo del Espíritu Santo como una segunda obra de gracia donde existen manifestaciones extáticas de lenguas, nuevas revelaciones, profecías y milagros por carecer tal enseñanza del fundamento bíblico requerido.
Creemos que el Espíritu Santo da “dones espirituales” a todos y cada uno de los creyentes (1 Cor. 12:11), y que algunos de los dones (como lenguas, señales, sanidades, etc.) fueron dados en una forma temporal únicamente para la confirmación del mensaje de Jesús en el primer siglo de la historia de la iglesia cristiana, pero ya cesaron (1 Cor. 12-13; 2 Cor. 12:12; Heb. 2:3-4).
Creemos que más importante que los dones espirituales es la acción correctora del Espíritu Santo en la conducta del creyente mediante el fruto del Espíritu (Gál. 5:22-23).
Creemos que el Espíritu Santo es una Persona y no una influencia o una fuerza activa ni un fuego regenerador (Ef. 4:30, Hech. 5:3-4, Jn. 14:16-17, 26).
ARTÍCULO 6. La Creación del Mundo. Creemos en la creación directa del universo en seis días de veinticuatro (24) horas literales (Gen. 1:5; Exo. 20:11) por obra del Todopoderoso y Trino Dios (Gen. 1:1); que todo lo contenido en el universo fue creado por Él.
ARTÍCULO 7. El Hombre. Creemos que el hombre fue creado por Dios a Su imagen y semejanza (Gen. 1:26-27), pero por su trasgresión voluntaria cayó de tal estado de inocencia, en consecuencia de lo cual, todos los hombres ahora son pecadores, estado en el cual nace cada ser humano (Rom. 3:23, 5:12).
Creemos que todo hombre a causa del pecado necesita la salvación de Dios por medio de su Hijo Jesucristo (1 Cor. 15:22).
ARTÍCULO 8. La Salvación. Creemos que la salvación eterna de los pecadores se obtiene únicamente por gracia por medio de la fe en Jesucristo (Ef. 2:8-9). Creemos que la salvación no puede ser obtenida por ninguna obra que el hombre pudiera hacer por su propia mano (Tit. 3:5).
Creemos que la salvación una vez obtenida, no se pierde jamás (Jn. 10:28-29; Rom. 8:35-39).
Rechazamos enérgicamente la predicación de la caída de la gracia y de una segunda obra regeneradora por carecer de fundamento bíblico.
ARTÍCULO 9. La Iglesia Visible o Local. Creemos que la iglesia visible es un cuerpo de creyentes bautizados, organizados e independientes, unidos por un pacto de fe (Hech. 2:41).
Creemos que la iglesia visible solo debe tener compañerismo con iglesias de fe y práctica semejante (2 Jn. 10-11).
Creemos que el propósito de la iglesia visible es evangelizar el mundo, enseñar la Palabra de Dios, proveer compañerismo para los creyentes, administrando las ordenanzas (bautismo y Cena del Señor) (Mat. 28:19-20).
Creemos que el bautismo es para cada persona que ha recibido a Jesucristo como Salvador personal; que tal bautismo se administra únicamente por inmersión en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (Mat. 28:19; Hech. 8:35-38).
Creemos que el bautismo es un pre-requisito para ser un miembro de la iglesia visible (Hech. 2:41).
Creemos en la necesidad urgente de fundar mas iglesias visibles o locales (1 Cor. 11:27-28) y creemos también que establecer y confirmar iglesias era el método divino en los tiempos apostólicos (Hech. 14:23).
Creemos que el Señor ha designado a la iglesia para que sea el lugar de instrucción, comunión, testimonio y disciplina (Mat. 18:15-17); y su mandato es que no nos alejemos de ella (Heb. 10:25), sino que por el contrario sirvamos de apoyo a aquellos que son sus oficiales, los cuales son Pastores y Diáconos (1 Tim. 3:1-10; Heb. 13:7, 17).
ARTÍCULO 10. La Separación. Creemos que para obedecer a la Palabra de Dios, es necesario separarse de la práctica mundana (todo que el mundo propone que es contra la enseñanza de la Palabra de Dios) y de la apostasía eclesiástica (II Cor. 6:14-18; Rom. 12:1-2).
Creemos en la unidad de todos los verdaderos creyentes en el Señor Jesucristo (Hech. 2:42, 46).
Creemos en la responsabilidad de apartarnos de grupos que tratan de unir varias organizaciones e iglesias tales como: El Concilio Mundial de Iglesias, El Concilio Nacional de Iglesias, grupos neo-evangélicos y/u otros grupos ecuménicos (Rom. 16:17; 1 Tim. 6:3-5).
ARTÍCULO 11. La Iglesia Invisible o Universal. Creemos en la iglesia universal como el cuerpo de Cristo que abarca a todo los redimidos, sean judíos o gentiles, desde el día de Pentecostés hasta el arrebatamiento de la Iglesia, estén ellos en el cielo o en la tierra (Efe. 1:22-23).
Creemos que la Iglesia invisible no se congrega, no toma decisión alguna, no ejerce disciplina, no administra ordenanzas, ni predica evangelio alguno. Dicha iglesia está en embrión esperando su consumación, cuando será reunida en los cielos (Heb. 12:23).
Rechazamos enérgicamente el énfasis indebido sobre la Iglesia Universal, lo cual disminuye sobremanera la importancia de la Iglesia Local o Visible, creyendo muchos que no es necesario bautizarse o hacerse miembro de la Iglesia Local y dejando como resultado una generación de vagos espirituales que andan de iglesia en iglesia, sin ninguna responsabilidad en cuanto a asistencia, mayordomía y disciplina.
ARTÍCULO 12. Ángeles y Demonios. Creemos en la existencia de ángeles y demonios de Satanás. Los ángeles son seres creados (Sal. 8:5), su habitación es el cielo (Mat. 24:36), sus actividades son tanto en el cielo como en la tierra (Sal. 103:20; Lc. 15:10; Heb. 1:14). y su destino es la Ciudad Celestial (Heb. 12:22; Apoc. 21:22).
Creemos que los ángeles siguen siendo ángeles a través de su existencia; ni se propagan ni mueren. Creemos que los ángeles caídos toman el nombre de demonios; aunque estos son fallidos, como Satanás, aún así, siguen siendo ángeles (Mat. 25:41).
ARTÍCULO 13. La Resurrección del Creyente. Creemos que todo creyente será resucitado corporal e inmortalmente en el rapto de la Iglesia con la venida de Cristo en las nubes (1 Tes. 4:13-18; 1 Cor. 15:51-52).
ARTÍCULO 14. Israel. Creemos que Israel es el Pueblo Escogido de Dios, quien está ahora esparcido por todo el mundo por haber rechazado a Jesucristo como el Mesías prometido (Hech. 3:14-15), pero después de la tribulación será reunido una vez mas en la tierra prometida (Rom. 11:25-27), cuando Jesucristo venga a reinar por mil años. No confundimos a Israel con la iglesia, empero se hace la distinción bíblica, por la doctrina ya antes mencionada, esto es, dispensacionalista.
ARTÍCULO 15. Juicio y Estado Eterno. Creemos que van a resucitar todos los incrédulos corporalmente para ser juzgados aparte del juicio de los cristianos y después del reino milenial (Jn. 5:29).
Creemos que el juicio de los cristianos se llama “El Tribunal de Cristo” (2 Cor. 5:10).
Creemos que el juicio de los incrédulos se llama “El Juicio del Gran Trono Blanco” (Apoc. 20:11-15).
Creemos que todo creyente gozará de vida eterna con su Salvador en su cielo literal (1 Jn. 5:13) y que todo incrédulo sufrirá eternamente con Satanás y sus demonios en el Lago de fuego que arde con azufre (Apoc. 21:8; Mat. 25:46).
Creemos que el infierno es un lugar, literal, de tormento físico y espiritual (Luc. 16:19-31).